- Pero me da miedo las armas,
sino no habría tomado mi carrera deductiva en tan corto vuelo. Veo, caballero-
dijo lentamente intentando vocalizar para que la barrera de idiomas no sea un
problema para nuestro entendimiento.- Puedo ver que algo le impulsa a
desconfiar en mi, puede la facha de mi forma de vestir, o esa vida sosegada que
llevan a las malas lenguas. Sin embargo. Le prometo que por mi honor, el de mi
hermana y la de nuestra santa madre que Dios tenga en la gloria que no tiene
nada que temer de mi. Soy perspicaz y aunque no le conozca salvo
superficialmente puedo deducir que es un hombre con principios.- Dijo mientras
seguía sentado en la cama con los ojos en el olvido clavados en mi y con su
rostro inexpresivo perdido sin duda en sus pensamientos en quien sabe que
dolorosos recuerdos y que visiones indescriptibles de melancolía.
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